La fiesta del cacharro y la castaña es el nombre popular con que se conocen la festividad de San Andrés en el Puerto de la Cruz en Tenerife Norte.
Cada 29 de noviembre, al llegar la noche, los vecinos, concentrados en la céntrica plaza del Charco, arrastran por el suelo sus cacharros y objetos viejos, "a verga", es decir, ensartados en un recio alambre. Todos intentan hacer el mayor ruido posible y el ruido puede llegar a ser ensordecedor.
Esta fiesta está íntimamente relacionada con la apertura de las bodegas, y es tradicional acompañar el vino nuevo con castañas asadas y sardinas u otro pescado salado.
Hay varias interpretaciones referentes a esta tradición. Se cuenta que el objeto de correr cacharros era hacer ruido para ahuyentar a la langosta o a las brujas.También pudo estar ligada a San Andrés, el cual, era cojo y en una ocasión llegó borracho cargado de cacharros días después a su fiesta, o que San Andrés se quedó dormido y hubo que despertarlo con el ruido de los cacharros.
Lo que es un hecho más verídico, es que en la víspera del día de San Andrés los dueños de las bodegas, para poder dar entrada al vino nuevo, bajaban a la costa para limpiar los toneles con agua salada, y se hacían rodar por las pendientes hasta la orilla del mar haciendo el ruido característico que luego los niños y jóvenes reproducían con sus cacharros.
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